viernes, 7 de octubre de 2011

El modelo Kristina

La megaminería depredadora es Nac y Pop


Una indagación sobre temas tales como los Derechos Humanos y las Madres, el petróleo y la minería, el FMI, la ley de tierras…y los personajes modélicos. Por Julio Raffo.

 
¿Qué es el “Modelo K” y qué expresa en la sociedad? Una respuesta clara a este interrogante es condición necesaria para poder determinar cómo debemos actuar frente a él, a sus referentes y militantes en nuestra práctica política cotidiana. Empecemos por expresar el respeto que nos debe merecer la abrumadora mayoría de compatriotas que expresaron la voluntad de sostenerlo en el Poder por cuatro años más. También abrumadora fue la voluntad que nos enchufó cuatro años más de macrismo en la Ciudad y nos condenó a cuatro años adicionales de Menem en 1995. De todas maneras nuestra vocación democrática nos obligó y nos obliga a respetar esos resultados sin que, por ello, debamos subordinarnos a las políticas y las acciones que sostenían o sostienen esos proyectos políticos.


No estoy diciendo (y lo aclaro para los intérpretes apresurados) que esos tres modelos sean lo mismo –lo cual sería un disparate-, sólo me limito a señalar que frente al apoyo masivo de la ciudanía se debe respetar al votante –y no insultarlo-, sin que ello nos obligue a hacer un seguidismo a libro cerrado a los proyectos más votadas por el mero hecho de que recibieron muchos votos.
Nuestra primera obligación es tratar de entender qué es el Modelo y qué intereses expresa para orientarnos y posicionarnos frente a él (y de paso saber si Solá recientemente descubrió “la Verdad” o no ha dado una nueva prueba de su versatilidad que lo ha hecho ser compatible con Menem, con Duhalde y con Kirchner según fueron saliendo las cartas que distribuyen el Poder en la Argentina.)


Como no existe una presentación oficial de la propuesta del Modelo, más allá del discurso político del gobierno, y del hecho de sus prácticas concretas, debemos analizar ese discurso y esas prácticas para posicionarnos sin que nos metan gato por liebre dentro de nuestro espacio.


El Modelo, como todo fenómeno social, presenta contradicciones. Y esto debemos advertirlo para determinar si su centro de gravedad está o no en el lado nacional y en el de los intereses populares.


Creo que no hay duda de que compartimos centralmente el discurso del Modelo respecto de los Derechos Humanos, y su práctica de impulsar los juicios, sea cual fuere la motivación de ese discurso y esa práctica. La cuestión de las motivaciones corresponde al ámbito –nada desdeñable- de la moral, y no de la política, por ello, en este análisis, la dejo de lado. Pero también creo que debemos cuestionar la práctica prebendaría que tuvo y tiene el Modelo frente a los organismos que pudo domesticar y hasta degradar inyectándole millonarios recursos. Dineros que terminaron siendo administrados por el –ahora- demonizado Shocklender, cuando este no es otra cosa que el rostro descarnado y patético de la política y la práctica que tuvo y tiene el Modelo para con los organismos de Derechos Humanos dóciles, a los cuales supo y sabe utilizar como nadie.


No hay duda de que compartimos el discurso del Modelo en cuanto expresa la solidaridad con Venezuela, Ecuador, Cuba y Bolivia, pero no se entiende la razón por la cual –con ese discurso- la Argentina no es parte del Alba, a no ser que se trate de un gesto formal, que es útil en cuanto gesto, pero que expresa una política para la gilada.
Tientos y diferencias
El Modelo entregó nuestro petróleo en Cerro Dragón, protege el negocio de Peter Munk y la gran minería a cielo abierto, mantiene la Ley de Entidades Financieras de la Dictadura, el sistema impositivo regresivo del Memismo, paga a libro cerrado una deuda externa ilegítima y al Fondo Monetario Internacional (FMI), a la vez que entiende y predica que, con esos pagos, enfrenta al Fondo y defiende el interés nacional (hay que ser caradura para sostener que pagarle al usurero todo lo que nos reclama, es “cagar al usurero”). Pero también promueve una ley contra la extranjerización de tierras, cosa que debemos apoyar.


El Modelo realiza la asignación universal por hijo, y ello debe ser apoyado, pero veta el 82 % móvil para los jubilados y lleva a la Anses a la imposibilidad de pagar los juicios que los jubilados ganan reclamando sus reajustes. Otro aspecto relevante del Modelo, que pone en evidencia los intereses substanciales que defiende, se advierte cuando le aplicamos el sabio dicho popular: Dime con quién andas, y te diré quién eres. Sus principales rostros en interior del país son: en Formosa, Insfrán; en San Juan, Gioja; en el Chaco, Capitanich; en la Provincia de Buenos Aires, Scioli; en La Rioja, Menem; en Rio Negro, Soria; en Córdoba, Jaime, y, como si esto fuera poco, para la Vicepresidencia, los tenemos a Boudou y La Mancha Ramón.
S
i esos son los rostros visibles del Modelo, podemos deducir de ellos qué intereses defiende. En el próximo número la sigo.


FUENTE: http://www.argentinalatente.org/


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