Sonrientes. Russo, Galende, Czudnowsky y Barone en su costoso programa piden “buena onda”. |
“La productora considerará de buena fe los aportes efectuados por el personal del Sistema Nacional de Medios y acogerá sus sugerencias con respecto al contenido de cada uno de los capítulos y su realización”, dice el punto 2 del contrato, que no hace ningún esfuerzo en disfrazar las órdenes o actos de censura previa. Las sugerencias, está dicho, son para ser cumplidas.
La censura en este programa inmundo ya se hizo visible, al menos una vez, en julio de 2009, cuando el programa tuvo una repentina interrupción, justo cuando los panelistas hablaban sobre las sospechas sobre el patrimonio de los Kirchner. De pronto, la señal cambió a un partido de voley.
Otro punto de interés en los contratos, son los costos que tiene el programa para el Estado.. Para los primeros programas, se le pagó a la productora 20 mil pesos por cada emisión. En otro contrato, ya para el ciclo de este año, se decidió pagar mucho más: 760 mil pesos más IVA por mes (a 30 mil pesos por programa), además de 50 mil pesos por cada uno de los programas emitidos los domingos. Esto significa que, de mantenerse durante todo un año, la productora cobraría 11.520.000 pesos del Estado.
Por contrato, la productora debe hacerse cargo del sueldo del conductor Luciano Galende (ex periodista de Canal 13 ) y los columnistas Orlando Barone (ex Clarín y
La productora, sigue el contrato, también debe cubrir el costo de la edición de los videos que dan cuerpo al programa, más los sueldos de asistentes y editores.
Llama poderosamente la atención que todos estos individuos que hoy se arrogan estar enfrente del gorila grupo clarín hayan sido siervos del monopolio. Ninguno de ellos se refirió jamás a la adopción irregular de los hijos de Noble. Ahora si. Ahora se acordaron de que esos chicos son hijos de desaparecidos. Antes no.
Lejos de promover la democratización medios, la política mediática del Ejecutivo, de sus socios televisivos y de la prensa escrita que sigue sus dictados, busca monopolizar la comunicación, con la simulación y la hipocresía como metodología excluyente.
El deliberado cinismo y la falta de escrúpulos de los medios kirchneristas parecen no tener límites. Por ejemplo, luego de decir que Pino Solanas era la “pata progresista de TN”, los periodistas adictos presentaron imágenes del acto en que se anunció el hallazgo de un importante yacimiento de gas en la provincia de Neuquén, al que acudieron
Si por algo se caracteriza “6-7-
Los comunicadores kirchneristas adictos vienen de la mano ilustradísima, “nac. & pop”, de J. P. Feinmann y la “deconstrucción de la noticia”. Son quienes se arrogan la propiedad del periodismo crítico, pero desde la “TV pública” y aliados no dejan de atizar, más que cualquier canal privado de intereses naturalmente corporativos, la gangrena intelectual de los televidentes al desinformar y legitimar subrepticiamente la mismísima entrega de nuestros bienes naturales a manos de empresas neocoloniales.
Repitiendo sin descanso argumentos en torno a los derechos humanos, y señalando a Macri y a Clarín como el eje del mal, desde
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